La educación formal durante los primeros años de infancia está rodeada de controversias y mitos. La falta de información y una oferta de servicios muchas veces contradictorios, producen confusiones en muchas familias y con frecuencia conducen a decisiones que pueden afectar a los pequeños con el paso del tiempo. En este entorno, resulta crucial tomar conciencia de los aportes del Preescolar en la formación de los niños, a fin de tomar decisiones responsables.
El Preescolar constituye un espacio ideal para que los niños formalicen procesos de socialización ampliando sus ejercicios comunicativos más allá del ámbito familiar. “Es importante ver el Preescolar como algo más complejo que solo una etapa de preparación para la Primaria”, explica la maestra Cynthya Sánchez, directora de Preescolar. “El Preescolar representa un momento esencial en la construcción de la identidad social y personal de los niños”, agrega.
En ocasiones la gente elige para sus hijos una escuela de nivel Preescolar como una escuela de paso, sin poner atención en su propuesta educativa e incluso considerando que en esa etapa solo van a jugar y no tienen mucho que aprender. En esta perspectiva, algunos postergan hasta el tercer grado de preescolar, o incluso a la Primaria, la elección de la escuela en que se planea cursar el resto de los estudios.
“El juego es fundamental en esta etapa”, reconoce la maestra Maricruz Córdova. “Sin embargo, se trata de un juego que se desarrolla en torno a objetivos de aprendizaje. En Preescolar se establecen las bases para aprendizajes posteriores, que se desarrollan siguiendo una secuencia, una progresión. Además de promover hábitos y contribuir a la socialización, nuestra tarea con los pequeños es asegurar que alcancen la madurez necesaria para que más adelante consoliden aprendizajes de mayor complejidad, como el pensamiento matemático, la lectura y la escritura”.
Cuando se dejan pasar los primeros años o no se aprovechan adecuadamente, los niños pueden enfrentarse a rezagos significativos más adelante. Sin embargo, es importante que los procesos formativos en los primeros años se den de forma paulatina, respetando las diferentes etapas de los niños y asegurando que jueguen, se diviertan y vivan esos procesos de manera natural, evitando la tentación de forzar los tiempos.
“De forma casi natural las familias entramos en un esquema de competencia, estableciendo comparaciones entre nuestros hijos y otros pequeños de las mismas edades”, advierte Ernesto Pérez-Castro, Director General. “El peligro detrás de esta visión hiper-competitiva es que olvidemos lo esencial. La trampa de la velocidad nos hace avanzar sin saber con claridad hacia dónde nos dirigimos. Una saturación de contenidos no hará necesariamente mejores a
nuestros pequeños y sí puede exponerlos a desperdiciar años muy valiosos de su infancia. Debemos aspirar al equilibrio, respetando los procesos de cada niño, reconociendo el valor de cada etapa de la vida y favoreciendo en todo momento la autonomía de los niños, desde las edades más tempranas”.
Las actividades de Preescolar se organizan a partir de proyectos significativos para los niños. El programa es bilingüe y el aprendizaje de los campos formativos básicos se complementa con talleres de Grafomotricidad, Psicomotricidad, Arte y Filosofía para Niños.
“Para lograr una formación bien articulada, debemos entender la educación Preescolar como una pieza crucial en la construcción de un proceso formativo de largo plazo. Si encontramos el modelo educativo que deseamos para nuestros hijos, lo ideal es que lo vivan desde los primeros años”, concluye el maestro Pérez-Castro.