Lejos ha quedado aquel sueño en que la tecnología podía únicamente en la ciencia ficción construir robots y estos pudieran ayudar al hombre a realizar actividades que los humanos no desean hacer, algunas posiblemente por ser muy repetitivas, otras por su gran riesgo y peligrosidad, sin embargo, los avances tecnológicos nos han permitido hacer realidad muchos de esos sueños.
Desde la revolución industrial, las grandes empresas han patrocinado grandes proyectos, se han implementado robots en muchas ramas de la industria, la automotriz es una de las más beneficiadas, la de producción de alimentos, la aeroespacial, que permite sustituir a los astronautas por brazos robotizados que realizan en el espacio actividades muy riesgosas para cualquier ser humano.
Sin embargo, es en el ámbito de la medicina dónde más ha sorprendido a muchos de nosotros, aquellas series de los ochentas, dónde lograban tecnológicamente reconstruir y dotar de estructuras biónicas a seres humanos en las series de televisión, podemos mencionar al hombre nuclear y la mujer biónica, no solo les salvaron la vida, hicieron de sus vidas algo realmente extraordinario, los dotaron de poderes solo vistos en los cuentos de comics.
Actualmente la ciencia desarrolla diferentes robots, que no sólo dotan de extremidades cibernéticas al ser humano, permitiendo conservar su movilidad, la medicina ha sido una disciplina que ha experimentado avances tecnológicos impresionantes en los últimos años.
Uno de los avances más prometedores es el uso de nano robots, pequeños robots con un tamaño de unos pocos nanómetros y pueden ser controlados para realizar tareas específicas en el cuerpo humano, como la eliminación de células cancerosas o la entrega de medicamentos en partes específicas del cuerpo. Junto con ese gran avance tecnológico, surgen diversas preguntas, unas de origen técnico y otras éticas, respecto a sus beneficios y desafíos.
Los nanorobots prometen revolucionar el potencial de la medicina, pueden ser utilizados para realizar una variedad de tareas en el cuerpo humano. Uno de los principales beneficios de los nanorobots es su capacidad para ser programados para detectar y eliminar células cancerosas, eso los convierte en una herramienta sumamente valiosa en el tratamiento del cáncer u otras enfermedades.
Otro beneficio potencial de los nanorobots es su capacidad para administrar medicamentos de manera precisa y en lugares específicos del cuerpo. Los nanorobots pueden ser programados para entregar medicamentos directamente a las células enfermas, lo que reduce la cantidad que debe administrarse y minimiza los efectos secundarios.
¿Qué pasa cuando un cirujano está imposibilitado de llegar a zonas que ponen en peligro la vida del paciente? ¿Cuántas operaciones no se pueden realizar por ser en partes del cuerpo de difícil acceso?, los nanorobots pueden ser utilizados para la reparación de algunos tejidos y órganos; por ejemplo, los nanorobots pueden reparar arterias dañadas en el corazón o regenerar tejido nervioso en el cerebro.
A pesar de los beneficios potenciales de los nanorobots en la medicina, aún hay desafíos que vencer antes de que puedan ser utilizados de manera segura y efectiva en tratamientos médicos en el ser humano, el principal es el diseño y la fabricación de nanorobots.
Deben ser lo suficientemente pequeños para moverse dentro del cuerpo humano, también requieren tener la fuerza necesaria y el suministro de energía adecuado para realizar de forma efectiva sus tareas, tener la movilidad y destreza de operar dentro del cuerpo humano, no solo para realizar las actividades de curación o suministro de medicamentos.
También deben de realizar un trabajo limpio, sin dañar otros órganos, con la posibilidad de moverse sin dañar células o tejidos sanos, es decir, el segundo gran desafío es el control de los nanorobots.
Además, los nanorobots también deben ser capaces de moverse a través del cuerpo humano de manera efectiva, estar dotados de la habilidad para sortear obstáculos y moverse a través de fluidos corporales como la sangre y la linfa.
Surge un dilema u obstáculo ético y social. Actualmente los médicos son responsables del tratamiento o intervención quirúrgica realizada en sus pacientes, de los medicamentos suministrados, las siguiente preguntas ¿Quién será responsable si un nanorobot mal programado daña células o tejidos sanos? ¿Cómo se regulará el uso de nanorobots para garantizar su seguridad y eficacia? Entran en un ámbito que genera contradicción sobre la responsabilidad de los médicos, fabricantes, operadores, programadores y demás gente que interviene en el uso de nanorobots.
Algunos grupos consideran que por su costo, solo la clase privilegiada podrá disfrutar de estos avances de la medicina. Serán costosos de diseñar, fabricar y utilizar, lo que significa que sólo estarán disponibles para aquellos con recursos financieros suficientes.
Esto podría crear una situación compleja, las personas más ricas tendrán acceso a tratamientos más avanzados y efectivos, mientras que aquellos con menos recursos tendrán que conformarse con tratamientos menos efectivos, los países de primer mundo podrían decidir no compartir su conocimiento a los de tercer mundo, o también puede haber un sesgo político, el grupo demócrata contra el socialista.
Otra de las líneas a seguir, por lo menos en la ciencia ficción, es el uso de nanorobots en actividades no medicinales, existe la gran preocupación por la posibilidad de que los nanorobots puedan ser utilizados con fines no médicos. Por ejemplo, los nanorobots podrían ser programados para espiar o controlar el comportamiento de las personas. Esto plantea importantes preocupaciones éticas sobre el uso de la tecnología para el control social y la vigilancia.
Por su tamaño pueden ser introducidos en el ser humano sin ser detectados y dañar el cuerpo del que se convierte en huésped, ¿surgirá una nueva guerra fría? Ahora basada en nanorobots, ¿pueden controlar las voluntades? ¿convertir a la gente en bombas vivientes?, ¿dejaremos de ver gente con chalecos llenos de explosivos tratando de inmolarse por alguna causa y ahora será difícil de detectarlos al tener todo ese potencial explosivo dentro de ellos en pequeños nanorobots?, preguntas todas retóricas, solo la historia nos dará las respuestas correctas.
El deporte es actualmente, no sólo una de las herramientas en desarrollo por la sociedad para que la juventud permanezca sana, lejos de las drogas y malos hábitos, sin embargo, cuando se convierte en profesional, cambian las reglas, la industria del deporte es enorme, mueve millones de dólares al año en publicidad, patrocinios y los deportistas ganan unas cantidades extraordinarias de dinero, mueven masas, tienen control de la gente a través de los deportistas destacados en diferentes disciplinas.
Es de todos conocido que el deportista profesional, en el afán de conservar su supremacía sobre el resto de competidores, ha llegado a realizar actividades consideradas inadecuadas, el uso de sustancias ilegales es una de ellas, la ropa tecnológicamente diseñada o tratada, el uso de materiales nuevos en la ropa y calzado, de menor peso y mayor resistencia es otra, sin embargo, ¿Podemos considerar que los nanorobots están fuera de esta mala praxis?, ¿Existe la forma de sacar ventaja en la masa muscular o el rendimiento de un deportista?
Podemos concluir que los nanorobots tienen el potencial de revolucionar la medicina, ofreciendo una amplia gama de beneficios, sin perder de vista que hay importantes desafíos técnicos, preocupaciones éticas y sociales que deben ser resueltos por nuestros científicos, legisladores y sociedad en general, antes de que los nanorobots puedan ser utilizados de manera segura y efectiva en la medicina y otras áreas de la ciencia.
Es importante que la investigación y el desarrollo de los nanorobots se realice de forma responsable, necesitamos la garantía del buen uso, que los beneficios superen los riesgos y algo muy importante, democratizar el acceso equitativo a la tecnología médica avanzada.