El Derecho actualmente está enfrentándose a los nuevos adelantos científicos y tecnológicos, la necesidad de regular la vida social es un tema que no puede dejarse para después, los avances tecnológicos ya viven entre nosotros, y por lo tanto, debemos iniciar la discusión y romper paradigmas que permitan que las diferentes ramas de Derecho se transformen para dar paso a la tecnología y buscar soluciones jurídicas que unidos nos permitan avanzar hacia un derecho que se encuentre ajustado a la realidad y preparar lo que se vislumbra para el futuro.
El Derecho Notarial está incluido en el discurso, la transformación que debemos iniciar y discutir no puede ser prolongado por más tiempo y se hace necesario sentar las bases jurídicas que nos permitan ofertar a los solicitantes del servicio notarial actualizado y ajustado a las nuevas tecnologías.
El Derecho Notarial ha venido evolucionando desde siempre, deberá empezarse a discutir para incorporar a la práctica notarial la tecnología, es necesario apelar al concepto de seguridad jurídica, concepto que se encuentra en la génesis misma de la naturaleza de la función notarial cuya tarea de recibir, interpretar las manifestaciones de voluntad de quienes recurren ante el Notario. Sin embargo, la revolución tecnológica y la innovación permanente que caracterizan el mundo actual, obligan a variar los medios perdurables de evidenciar los hechos humanos, los cuales, ya no tienen como única presentación la dimensión física y corpórea, sino también virtual.
Si venimos afirmando que, históricamente, la función del Notario se encuentra definida por la seguridad jurídica que proporciona a la sociedad, una preocupación inevitable frente a estas nuevas tecnologías es justamente la seguridad, la principal preocupación que se despierta ante los avances de la tecnología es, justamente, la seguridad; y, con ello, la pregunta de si el Notario puede continuar cumpliendo su función o si por el contrario es necesario una nueva forma de otorgar seguridad a los negocios jurídicos.
De primera impresión, y tomando en consideración cambios como la incorporación de tecnología biométrica en el ámbito de actuación notarial, parecería que la preocupación por la seguridad no tendría sentido. Es más, la aplicación de dicha innovación podría considerarse una garantía mayor frente a esa seguridad que se cuestiona y vincula a la función notarial. Sin embargo, frente a otro tipo de innovaciones como las transacciones electrónicas, nos encontramos ante un escenario que para muchos genera dudas y pone en entredicho la garantía de seguridad que debe observarse.
No digo que el miedo notarial ante estas nuevas formas de expresión en el mundo contemporáneo sea irracional. Está claro que junto al avance tecnológico que hoy vivimos hay un conjunto de prácticas ilegales que acompañan y evolucionan con el desarrollo de la informática y que constituyen verdaderas amenazas frente a los usos de la modalidad virtual. Sin embargo, el mayor miedo del notariado en nuestro país frente al avance del derecho informático radica, al inevitable proceso de aprendizaje y, sobre todo, de adaptación que estas nuevas tecnologías imponen al ejercicio de su función y que, como en todo proceso de transición, implica un cierto margen de resistencia que busca racionalizar a través de argumentos como el de la falta de garantías a la seguridad jurídica y la fe pública notarial que se ven muchas veces como amenaza y no como verdaderas oportunidades de expansión, crecimiento, enriquecimiento de su rol social.
Me consideran una persona de la “Generación X”, así nos han bautizado y recuerdo que hace muchos años, cuando recién las computadoras empezaban a ser usadas como una herramienta de trabajo en los diferentes ámbitos, sugerí a mi madre, que en ese entonces tenía un negocio exitoso, que sería una buena alternativa de incluir dentro de los procesos de control una computadora que nos permitirá tener la información de manera más precisa, ser más ágiles en las decisiones y documentar los conocimientos que había adquirido en todos los años de su vida, ella me respondió lo siguiente: “Considero que tu aportación es valiosa, pero mi negocio siempre ha funcionado de manera correcta y no creo que mis controles puedan superarse por incluir la información en una computadora….” Reconozco de manera plena que mi madre es una mujer con éxito empresarial, una guerrera, a quien amo y respeto a pesar de nuestras diferencias y cada vez que veo una versión digital de muchas publicaciones del cuidado de la persona, recuerdo sus palabras y aunque comprendo siempre su postura, hoy creo que si hubiéramos documentando toda esa experiencia hoy podría compartir sus fórmulas que la llevaron al éxito y compartir con otras generaciones toda la experiencia que hoy se encuentra solo en su memoria.
Por lo que, la visión de un “Ciber notario”, yo no la considero tan lejana, implica conocimiento jurídico y técnico, un alto grado de especialización en materia de seguridad dentro de las tecnologías de la información, pero considero que el tiempo y la dirección que ha tomado el mundo en esta era de la globalización van a conducir inevitablemente al desarrollo cada vez más pronunciado de esta posibilidad.
Estoy convencida que nadie mejor que el Notario será capaz de adaptarse a las nuevas necesidades sociales de la modernidad, ya que considero que actualmente el gremio empieza a integrarse con personas con una capacidad de adaptación y convencidos de la importancia de su rol social, lo que permitirá seguir siendo verdaderos protagonistas de la historia.
La figura del Notario, ante el impacto tecnológico de la informática y las telecomunicaciones en su actividad tradicional constituye, sin duda, un tema polémico y sobre el cual es necesario profundizar para resolver las justas inquietudes; y sí, también los inevitables temores, que esta revolución propia de la sociedad de la información genera en la actividad notarial en nuestro país algo inevitable y debemos enfrentarnos a esta nueva realidad, sin duda se deberá que resolver temas como la identidad, la capacidad, la legalidad, entre otros.
Por lo antes expresado, considero que el tema que expongo en este documento es el mayor reto actual del notariado en México, por lo que hoy debemos encontrar entre las grandes diferencias las grandes coincidencias para continuar con el proceso de modernización que el Derecho Notarial no puede evadir.
Lic. Cinthia E. Peraza López